Por Joaquín Reynaud
Me levanto a las 10 AM de un día nublado, parece ser que el tiempo hoy sigue parecido al de ayer. Tomo té mientras veo La Pequeña Casa en la Pradera y reviso un poco las redes sociales. Así, me entero a través de historias de Instagram de que las cientos de fanáticas comenzaron a llegar antes de las 5 de la mañana a las afueras del Estadio Monumental. A esta hora deberían estar ingresando los VIPs, pienso. El Music Bank promete, promete mucho…
Al salir de la estación Pedrero, me encuentro con que a menos de 100 metros se esparcía la gente, formando, a lo menos, 5 filas distinguibles. Cuando hablaba con la gente para tomarle el pulso a lo que se venía me encontraba con dos ideas que se repetían en muchos casos. En primer lugar, la reticencia a confiar ciegamente en la producción, principalmente por los problemas que surgieron durante el día. Pero, por otra parte, los y las fanáticas hablaban abiertamente de sus expectativas y cuánto deseaban que llegara el momento.
No pasaron muchos minutos desde que pisé el cesped de la cancha del estadio, hasta que se me me hizo entrega de un impermeable desechable, al igual que a cada una de las Dreamers de la zona VIP, quienes lanzaban estos hacia las galerías, desde donde recibían respuestas sonrientes y agradecimientos. Creo que, en ese momento, nadie le tomó el peso a lo que implicaba que desde producción se dedicaran a repartir cajas y cajas de este implemento.
A medida que se acercaba el crepúsculo, que traía algunas gotas con él, comenzaban a encenderse algunas luces alrededor de una cancha cada vez más ocupada de gente. Al mismo tiempo, los cánticos y gritos como «TxT, TxT» o Los «C-H-I» se hacían cada vez más recurrentes. De pronto, unas luces azuladas se encendieron en el escenario, lo que generó inmediatamente un grito masivo y descontrolado. El espectáculo estaba cada vez más cerca, y el público lo sabía.
La lluvia se intensificó, lo que provocó un precioso efecto al mirar el escenario, donde se iluminaban las gotas que caían. Fue, en ese momento, que comenzó a sonar RUN2U y la imagen de STAYC se proyectaba en la pantalla del escenario, pero eso bastó para escuchar a todo el estadio corear una canción al mismo tiempo por primera vez en toda la noche. Good Boy Gone Bad generó lo mismo que la anterior, pero duplicando su energía. Y así, el público siguió coreando y bailando las coreografías con Nxde y el resto de las canciones que sonaban con sus respectivos vídeos.
El reloj marca las 20:28, las luces se apagan y los gritos de los asistentes llenan todo el estadio. Desde el centro de la cancha puedo distinguir los cintillos con nombres de los grupos que se presentarán, carteles con diferentes mensajes y cómo centellean las luces de los asistentes: un panorama hermoso, para un comienzo hermoso.
Princesa Alba, quien se encargará de conducir la noche, hace su aparición con una sonrisa que demuestra la felicidad que siente, no es un sonrisa fingida, es fiel reflejo de sus emociones. La presentadora anuncia que el show va a comenzar y el video promocional es proyectado en las pantallas gigantes. El video termina y llega el primero de los momentos más esperados: La conductora presenta a Ro Woon. La multitud se vuelve loca y los gritos, tan agudos, me contagian de la energía, haciéndome sentir un adolescente más.
Ro Woon agradece por lo lleno que está el estadio, habla del evento como “un milagro”, lo que en ese momento sonaba maravilloso, pero que en retrospectiva solo es una frase más que envejeció mal. Tras sus saludos y agradecimientos de rigor, el Idol pregunta: “Are you ready?, ¿están listo’?»
Tras esto, comienzan a presentar a los artistas encargados de convertir la noche en aquel milagro. Cada grupo entra caminando detrás de una persona que usa la vestimenta típica de huaso y que carga un estandarte con el nombre de los grupos. Fue aquí cuando nos llevamos la primera decepción de la noche, pues ATEEZ no estuvo en la presentación por un retraso en su vuelo. Esto generó la conversación en el público, que se preguntaba si iban a llegar a tiempo para presentarse o no.
Esto se olvidó bastante rápido, cuando las agrupaciones avanzaron por la pasarela para saludar al público, desde donde sentí una abrumadora energía y incluso la sensación de que el piso temblaba. Los Idols regresaron al backstage y con ello la masa de personas que peleaban, literalmente, sus puestos cerca del escenario, comenzó a disolverse, la sensación de que corría cierto peligro no me abandonaba.
Los primeros en presentar su performance fueron The Boyz, quienes abrieron con Maverick, demostrando el esfuerzo y la enorme cantidad de ensayo que ponen detrás de sus presentaciones, ejecutando cada coreografía con una coordinación muy difícil de ver en grupos tan numerosos, pero lo más sorprendente es la habilidad con la que se desenvolvieron a pesar de la fuerte lluvia. Tras dos interpretaciones más, nos mostraron la primera sorpresa de la noche, cada integrante se puso un poncho, tomó un pañuelo y bailaron al ritmo de una cueca, lo que provocó gran emoción en los fans. Finalmente, se trasladaron al escenario principal, donde interpretaron Thrill Ride.
Luego, tras una corta intervención de Ro Woon celebrando que este año es el 60 aniversario de diplomacia entre Corea del Sur y Chile: el turno era de STAYC. Las jóvenes y frescas Idols, abrieron con RUN2U, que puso a saltar y cantar al estadio completo, mientras bailaban formando combinaciones y figuras con sus juegos de manos. Tras la presentación de ASAP y SO BAD, con un juego de interludio incluido, las amables STAYC abandonaron el escenario, aunque no por mucho tiempo.
The Boyz y STAYC volvieron a sorprendernos, esta vez presentando sus versiones de dos gigantes del pop latino. Los primeros, interpretaron Despacito de Luis Fonsi y Daddy Yankee, poniendo atención especial a las partes de Fonsi. El grupo femenino reversionó Mi Gente, de J Balvin.
Tras esto, se acabó la espera, ((G)I-DLE) reclamaba su turno. Estas, hicieron esfuerzos inhumanos y nos demostraron su admirable profesionalismo al ejecutar las hermosas presentaciones de Nxde y TOMBOY, bajo con un cielo que cada cierto tiempo se iluminaba con relámpagos y la aplastante lluvia, que se convirtió en granizo. Pero no hubo esfuerzo que valiera contra la adversidad climática, pues mientras cantaban LATATA, Shuhua sufrió una caída. Esto, sería el comienzo del fin de Music Bank 2022, pero también es la clara muestra de la negligencia con la que actuó la productora al dejar que los grupos se presentaran en esas condiciones. Afortunadamente, no parece ser nada grave, pero este hecho desató la preocupación de los fanáticos por la continuidad del evento, pero, sobre todo, por la salud de la artista.
Luego del accidente, producción anunció que el evento se pausaría por 10 minutos para limpiar el escenario, pero quienes estábamos en el público intuíamos que estos 10 minutos significaban la cancelación del show. Pude distinguir algunas caras de angustia, preocupación y sufrimiento por el frío que hacía en el oscuro estadio, pues no se veía mucho porque las luces de todo el recinto habían sido apagadas para evitar accidentes relacionados con la lluvia.
Tras cerca de 30 minutos, una persona de la producción llamó a Tomorrow X Together para “una entrevista”, que en realidad fue un pretexto para que los coreanos se encargaran de declarar que se acababan las presentaciones musicales y que lo sentían mucho, lo que habla nuevamente de la nula responsabilidad que tomaba la gente de producción, enviando a los artistas a “ponerle el pecho a las balas”. Se les veía muy afectados, lo que se condice con sus declaraciones de que esperaban presentarse tras mucho ensayo y prácticas. Luego de eso, los chicos caminaron por la pasarela para saludar y despedirse de los fans, agradeciendo y pidiendo disculpas. La cancha era desoladora, cientos de niñas llorando por la pena que sentían de no poder ver el espectáculo de sus ídolos.
ATEEZ y NCT Dream hicieron exactamente lo mismo, avanzaron por el escenario para saludar y disculparse con los 50 mil asistentes del evento, generando sonrisas y llanto, dicha y tristeza. Posteriormente, todos los grupos de la noche se juntaron para poder despedirse por última vez. La cara de los fans y los artistas era similar, mucha decepción y desilusión. Así, acabó una noche que prometía ser épica. Así, terminó la noche del milagro nunca cumplido.
Nota del editor: A la hora de publicación de la nota (domingo 13 de noviembre, 12:00 horas), ningún encargado de prensa o de producción se han referido a la cancelación del evento.