El mal dormir, los días largos, los temores pero también el tiempo libre, los lazos, los buenos recuerdos y el crecimiento. Martina Lluvias es uno de los nombres más interesantes de la escena chilena. El proyecto de casi una década de existencia y dos publicaciones, este 2021 se renueva con el esperado LP debut; siete canciones que presentan un imaginario tan ruidoso y crudo, como cercano y honesto. Una ventana abierta a sus emociones para que nos identifiquemos con los inevitables altibajos de la vida.
«Recopilatorio» es, literalmente, eso. Un trabajo que se vió aplazado por las contingencias, pero que también se tomó su tiempo para mutar y crecer fuera de la maqueta. El disco que se ensayó en salas y conciertos, cuenta con registros que se alimentaron también de la co-producción de Ismael Palma. Las brisas del rockpop noventero, el sonido de los 2000, las estelas de Pj Harvey, Christina Rosenvinge y Hope Sandoval, aportaron inspiración a lo que podemos escuchar hoy.
Luego de presentar «Tiempo Libre» y «Temores» como sencillos previos, el viaje completo ya está aquí. «La primera es la canción que mejor representa mi sonido actual. El segundo es el tema más enérgico del disco y siento que eso se transmite», cuenta Martina sobre las pistas que nos dejó antes de permitirnos entrar totalmente en este diario de vida lleno de rincones oscuros, inevitables para transitar a los sectores más luminosos de la existencia.
«El álbum es el reflejo de un periodo intenso de mi vida, lleno de aprendizajes, crecimientos y nuevas inquietudes abarcadas desde el 2018 hasta el 2021. Son vivencias y enredos propios, y volverles música fue sanador para mí porque me permití hablar de la depresión y de establecer límites al mismo tiempo», explica sobre este ritual de cierre que pasó de lo más individual al colectivo, donde los apoyos, las temporalidades y el trabajo en equipo dan cabida a nuevos horizontes.
«Con este disco conocí el verdadero amor al oficio, dedicarle mucho tiempo de manera sistemática a la música, y a la vez, seguir viviendo el cotidiano y sus propias problemáticas», dice la chilena respecto a este crecimiento que pasó por Estudios del Sur en una primera instancia y luego por Inmontauk Estudio. Martina se percibe llena de intenciones gruesas y consistentes; relatos que retumban y sonidos que acompañan, capas sonoras capaces de arrollarnos y frases que se guardan en el corazón como consuelo.
«Para mí es importante que quien lo escuche, se sienta envuelto en la música, que esta vaya a la par con las emociones e intensidades de las letras», concluye respecto a esta bitácora de penas y esperanzas, canciones que son libretas en las que Martina habita y que hoy comparte con el mundo.
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