Coberturas

KING CRIMSON PUSO ORDEN EN LA CORTE

La hora se acerca, una voz en off nos recuerda que está prohibido grabar y tomar fotos. Las luces se apagan y una imponente cortina azul toma protagonismo, delante de ella están los instrumentos a la espera de la banda. Los músicos entran y el Movistar se rinde en aplausos; es el debut de King Crimson en nuestro país.

Se escuchan los primeros acordes y, con ellos, más de algún desafortunado cae en la tentación de grabar; los láseres delatores no se hacen esperar. Chile le da la bienvenida al Rey Carmesí y este nos saluda con «Hell Hounds Of Krim», le sigue «Neurotica». Ya con un par de canciones parecía que Robert Fripp y compañía tenían al público en la mano, pero suena «Pictures Of A City» y la verdadera euforia se desata. El Rey no da tregua y se despacha «The Court Of The Crimson King», himno de su primer disco que la semana que recién pasó cumplió 50 años y que, además, es el motivo de este «Celebration Tour».

 

Gentileza: Google, obvio.

 

Una luz dorada envuelve el escenario contrastada por la siempre imponente cortina azul. En su rincón, Fripp (único miembro original) permanece casi inmóvil mientras suena «Cat Food» y «Red». La voz de Jakko Jakszyk es impecable, Tony Levin en el bajo y Mel Collins en saxo y flautas no se quedan atrás, para qué hablar de la perfecta sincronización del trío de baterías con Pat Mastelotto, Jeremy Stacey y Gavin Harrison (ex compañero de Steven Wilson en Porcupine Tree), con redobles que se mezclan, convergen y se complementan.

Suena «Moonchild» y la locura vuelve a ser colectiva. King Crimson trae la calma al Movistar, la convierte en caos y, sin darnos cuenta, la calma llega otra vez. Con «Islands» e «Indiscipline» la banda cierra la primera parte de su show y comienza una pausa de 20 minutos; los teléfonos vuelven a aparecer.

 

Comienza el segundo tiempo. Marchan «Cirkus», «Easy Money», «Lizard” y «The ConstruKction Of Light» con una prolijidad tan impecable que hace imposible no ponerse de pie y aplaudir a una de las bandas pioneras del rock progresivo.

Llega el turno de «Epitaph», otro de los tantos hitazos por fin se hace escuchar en nuestro país. El Movistar no ha terminado de aplaudir cuando uno de los momentos más épicos ocurre, la cortina ya no es azul ni las luces doradas, suena «Starless»; un verdadero orgasmo multicolor que nos obliga a ovacionar cada movimiento que los músicos nos regalan.

 

Gentileza: Google, obvio.

 

El fin se acerca y el show merece un cierre que esté a la altura. El Movistar vuelve a retumbar con los aplausos que provoca el explosivo e inconfundible riff de » 21st Century Schizoid Man», una montaña rusa con cambios de ritmos, intensidad y progresiones cromáticas. El Rey Carmesí llegó a Chile dispuesto a pagar con intereses una deuda que tenía hace décadas. Solo queda dar las gracias por acordarse de nosotros y gracias por una segunda noche que, sin duda, es tan maravillosa como la anterior.
#LaCajita ❤

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