El pasado 31 de mayo, el Teatro Caupolicán de Santiago fue testigo de una noche inolvidable con la presentación de la legendaria banda neoyorquina Interpol. A las 21:00 horas en punto, la agrupación subió al escenario para ofrecer un espectáculo que celebró dos de sus álbumes más icónicos, deleitando a una audiencia que llenó el recinto hasta el último rincón.
El concierto inició con una ejecución completa de su aclamado álbum Turn On The Bright Lights. Este disco, lanzado en 2002, marcó un antes y un después en el género del post-punk revival, y escuchar cada una de sus canciones en vivo fue un regalo para los fanáticos. Desde la introspectiva «Obstacle 1» hasta la energética «PDA», la banda llevó al público en un viaje nostálgico, recordando los sonidos que los catapultaron a la fama.
Tras una breve pausa, Interpol volvió al escenario con renovada energía para interpretar las canciones de su disco Antics. Este álbum, que incluye himnos como «Evil» y «Slow Hands», mantuvo la intensidad de la noche, demostrando la consistencia y evolución de la banda a lo largo de los años. Cada canción fue recibida con ovaciones y coros apasionados, mostrando la profunda conexión que la banda tiene con sus seguidores.
Paul Banks, el inagotable líder de la banda, no solo impresionó con su potente voz y su presencia escénica, sino también con su fluido español, que utilizó para comunicarse de manera cercana y afectuosa con el público. Cada vez que se dirigía a los asistentes, lograba arrancar aplausos y gritos de emoción, estableciendo un vínculo aún más fuerte con los fanáticos chilenos.
La puesta en escena de Interpol fue sobria y elegante, fiel a su estilo distintivo. La banda demostró que no necesita de grandes despliegues de luces o efectos visuales para ofrecer un espectáculo de primer nivel. La simplicidad de la escenografía permitió que la música fuera la protagonista absoluta de la noche, creando una atmósfera íntima y envolvente.
El momento culminante del concierto llegó con la interpretación de «Untitled», la canción que abre Turn On The Bright Lights. Esta pieza, cargada de emotividad, fue el broche de oro para una noche perfecta. La melodía melancólica y la voz profunda de Banks resonaron en todo el Teatro Caupolicán, capturando la atención y el corazón de todos los presentes.
Al final, la emoción se apoderó del público, que despidió a la banda con una ovación estruendosa y merecida. Interpol entregó un concierto sólido y memorable, reafirmando su estatus como una de las bandas más importantes y queridas del género. Los asistentes se fueron con la sensación de haber presenciado algo verdaderamente especial, una noche donde la música y la pasión se unieron para crear magia.
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