CoberturasEditorial
Tendencia

BRING ME THE HORIZON + TRIVIUM: LA TERNURA DEL MOSH

Es el día siguiente a Knotfest. A pesar de haber dormido solamente seis horas, me despierto a las 08:00 de la mañana. Aún proceso lo que pasó en el Estadio Monumental. Sin embargo, no puedo detenerme en eso porque hay otro concierto al que ir. Bring Me The Horizon y Trivium se presentan nuevamente en el Teatro Caupolicán en forma de sideshow del festival creado por Slipknot. 

Gran parte de la mañana paso pensando en lo que será el show. La banda inglesa ha estado en mi vida desde 2013 cuando estaba en pleno periodo adolescente y se convirtió en una de mis agrupaciones favoritas. Desde hace casi una década Oliver Sykes y compañía no desaparecieron más de mis playlists. Tengo mucho hype después de verlos en Knotfest. “Ojalá toquen algo diferente”, le digo a C -quien también estuvo en el Estadio Monumental el día anterior-. “Sí, tocarán su par de canciones extras”, me replica mi querido amigo que espera también repetirse el plato de Bring Me The Horizon y Trivium. Ahora, debo admitir que a la banda de encabezada por Matt Heafy no la había escuchado con detención anteriormente. Sin embargo, su espectáculo en Knotfest me dejó buenas impresiones y ganas de verles más de cerca en el Teatro Caupolicán. La jornada anterior en el recinto colocolino me dejó un sabor amargo por todas las fallas de seguridad y de producción, por lo que anhelo que la experiencia en el teatro ubicado en calle San Diego sea completamente diferente para poder moshear como corresponde.

Bring Me The Horizon en el Teatro Caupolicán, 2022 / Imagen: Romina Santibáñez.

Llegada la tarde me dirijo hacia el centro de Santiago. “Es el último show del año”, pienso mientras voy en el metro. Ya perdí la cuenta de los conciertos a los que he asistido en 2022. Partimos con el regreso de Lollapalooza en marzo, pasando por la primera edición de Primavera Sound y llegamos a Knotfest en menos de 365 días. Y esto sin considerar los shows individuales que vi en Movistar Arena, Teatro Coliseo, Teatro Caupolicán, Teatro Nescafé de las Artes y la Sala CEINA. Un año intenso, sin lugar a dudas, que termina con concierto que promete ser también potente. 

Ya en la puerta principal del Teatro Caupolicán me encuentro con R -fotógrafa de La Cajita-. Al poco rato llega C. Hacemos la previa a la apertura de puertas hablando de los shows de este 2022 hasta que llegan las 19:30 horas y nos permiten entrar. Llegamos casi a la primera fila junto a C. “Mi cuerpo no está para estos trotes de nuevo”, me dice entre risas. “Ayer estuve todo el día en cancha”, agrega aludiendo a la jornada del Knotfest. “Es el último show del año. Después podemos descansar hasta marzo”, le contesto también riendo. 

El reloj avanza para ver a Trivium y la gente se empieza a sumar dentro del Teatro Caupolicán. Vemos los primeros carteles. Un Oliver Sykes vestido de maid, otro que dice “Can I Play Sleepwalking On Guitar?”. La fanaticada ha venido más que preparada. Algunas personas hablan del Knotfest y de sus deficiencias. Otras conversan emocionadas porque esta es su primera vez viendo a Bring Me The Horizon. El calor aumenta en la cancha del teatro y los guardias empiezan a dar vasos con agua. “Igual que ayer”, dice sarcásticamente C refiriéndose al escándalo de la falta de puntos de hidratación en el Estadio Monumental. No puedo soportar tanto el calor, así que empiezo a soplar mi cara con las manos hasta que un alma dadivosa me toca el hombro y me acerca su abanico. Con mi rostro lleno de felicidad le agradezco. De eso se trata venir a shows en vivo. Te encuentras con gestos de ternura, de amabilidad y de cariño de personas totalmente desconocidas. Y es maravilloso. 

A las 20:30 en punto se apagan las luces y se enciende en la pantalla del teatro el logo de Trivium. Gritamos. Surgen, desde los lados del escenario, los integrantes de la banda. Matt Heafy aparece en gloria y majestad con la misma chaqueta que utilizó el día anterior en Knotfest. In the Court of the Dragon es la primera canción de la jornada. Veo a Matt frente a frente. Sus expresiones faciales intensas y su sonrisa plena demuestran la satisfacción de volver a pisar territorio chileno. 

Trivium en el Teatro Caupolicán, 2022 / Imagen: Romina Santibáñez.

Trivium continúa con Down From the Sky, The Sin and the Sentence, Until the World Goes Cold y Feast of Fire. En este punto del show ya me he separado de C. Preferí dar marcha atrás en la cancha porque habían muchas personas más bajas que yo intentando pasarme para quedar más adelante y poder ver mejor. Al quedar más atrás llego al mismísimo sitio donde está el mosh. Qué mejor. Me sumo al circulo y, entre zarandeo y zarandeo, noto que una de mis zapatillas está desabrochada. Terrible situación. Me alejo cuando suena Like Light to the Flies. 

Matt Heafy agradece constantemente al público, hace el llamado a saltar y al mosh. Salto junto a las personas que tengo a mi lado hasta que mis anteojos salen volando de mi cara. Alcanzo a atraparlos antes de que caigan al suelo. Un chico me pregunto si estoy bien. Eso es un gesto de ternura. Le respondo que sí estoy bien y la fiesta sigue. Sin embargo, Matt pide efusivamente que la banda se detenga unos segundos después de empezar a tocar The Heart From Your Hate. Saca de su bolsillo una pequeña linterna y apunta hacia las primeras filas del lado izquierdo de la cancha. “Hay alguien en problemas. Seguridad, por favor”, afirmó el lider de Trivium. Nunca había visto que un vocalista de una banda llevara encima una linterna para indicar a la audiencia en caso de algún accidente. Un punto a favor de Matt. Nuevamente un gesto de ternura. Los guardias logran sacar a la persona afectada y la voz de Trivium insiste en iluminar con su linterna. “¿Están peleando? No vengan con esa mierda acá. Queremos pasarla bien esta noche”, exclama Heafy. “¿Todo bien? Ok, así me gusta”, concluye el vocalista cuando el ambiente se calma y retoman The Heart From Your Hate

Trivium en el Teatro Caupolicán, 2022 / Imagen: Romina Santibáñez.

Posteriormente, la banda agradece a Bring Me The Horizon por la oportunidad de tocar con ellos. “Nos conocemos desde 2005, pero nunca habíamos tocado ambas bandas en un mismo show que no fuera un festival”, comenta Heafy emocionado y pide que el público aplauda a la agrupación británica. Desde ahí llegan las últimas tres canciones: Strife, Pull Harder on the Strings of Your Martyr e In Waves. Trivium tocó por una hora y media, show más extenso que su presentación en Knotfest y la audiencia lo agradeció. 

Trivium en el Teatro Caupolicán, 2022 / Imagen: Romina Santibáñez.

Las luces se encienden para un descanso de media hora hasta la llegada de Bring Me The Horizon. Miro alrededor de la cancha para tratar de encontrar a C. Diviso su cabello y nos reunimos. “Estoy todo sudado y muerto”, me afirma con claro cansancio. Nos dirigimos hacia la barra del teatro para comprar algo para beber y hacer tiempo antes del show de los ingleses. C tomando bebida y yo con una cerveza en mano volvemos a la cancha. “Me quiero quedar más atrás. Desde acá puedo ver el show tranquilo”, me dice C y añade: “Si tú te quieres ir adelante, juegue nomás. Después nos encontramos a la salida o entremedio del show”. 

Pronto llegan las 22:00 hrs. y el show no comienza. Un retraso afecta la salida de Bring Me The Horizon, pero la audiencia no se impacienta. Es claro que los asistentes son fans acérrimos de la agrupación oriunda de Sheffield. Desde platea se ve una intervención que dice “Sleepwalking for Chile”. Avanzan los minutos hasta que las luces se apagan. Se enciende la pantalla del teatro con la animación icónica que ha marcado este tour de los ingleses. “Bring Me The Horizon les agradece por estar aquí esta noche. Diviértanse. Hagan lo que quieran hacer y, lo más importante, sean quienes quieran ser. ¿Están listos para proceder?”, aparece proyectado en la pantalla ante la vista del público. Ingresa la banda y suena Can You Feel My Heart. Salta confeti desde el escenario mientras Oliver Sykes saluda. El mosh se desata. 

Bring Me The Horizon en el Teatro Caupolicán, 2022 / Imagen: Romina Santibáñez.

Las visuales que presenta la agrupación son atrayentes. Hace bastante tiempo que Bring Me The Horizon dejo atrás el simple telón con su nombre al fondo del escenario. Hoy, en pleno 2022, los ingleses son una banda que encabeza festivales en todo el mundo y que trae consigo no tan sólo un espectáculo con un sonido pulido, sino que visualmente es una maravilla. A partir de allí todo fue euforia. Happy Song, Teardrops, MANTRA y Dear Diary fueron las siguientes canciones en la lista. Yendo y viniendo del mosh recogí a dos personas que se cayeron. “Gracias, hermano”, me dijeron y seguimos. Insisto, esta clase de gestos son los que importan en un concierto. Ayudarse y tratarse con cariño entre desconocidos. Eso es la ternura del mosh

Bring Me The Horizon en el Teatro Caupolicán, 2022 / Imagen: Romina Santibáñez.

Todo marchaba bien hasta que llegó Parasite Eve. Oliver pidió que pararan porque había un accidente en la multitud. Después de chequear cómo estaba el público, la banda volvió a comenzar. Luego Bring Me The Horizon otorga la primera canción distinta al setlist de Knotfest con la aparición de sTraNgeRs. Me resuenan mucho los versos del estribillo de esta canción. “We’re just a room full of strangers / Looking for something to save us / Alone together, we’re dying to live and we’re living to die”, es lo que canta Oliver Sykes. Pienso que justamente en el Teatro Caupolicán encontramos esa habitación llena de extraños y la forma de salvarnos por medio de la ternura. Preocuparse por quien tienes al lado. Reír y llorar juntos. Gritar y bailar juntos. Eso sucede en este concierto. Eso sucede con Bring Me The Horizon arriba del escenario. 

Bring Me The Horizon en el Teatro Caupolicán, 2022 / Imagen: Romina Santibáñez.

Shadow Moses es la siguiente canción de la noche. La fanaticada enciende las linternas de sus celulares. Una luz roja emerge desde el teatro en referencia al videoclip de la canción donde Sykes sostiene una bengala. Los ingleses miran alrededor alucinados. Parece que no esperaban esta acción del público. Luego, llega Kingslayer. El mosh es aún más grande cuando la banda se detiene y Oliver Sykes indica la platea. “Se que muchos de ustedes están pidiendo esta canción a través de las redes sociales”, afirma el ingles cuando empieza a sonar la icónica Sleepwalking. Oliver mira en la cancha y ve el cartel del chico que quería tocar la canción con la banda. “Muy tarde. Será para la próxima vez”, dice amablemente la voz de Bring Me The Horizon, antes de que el Teatro Caupolicán completo resuene con la potencia del single del disco Sempiternal (2013). 

La noche avanza con Die4u y Follow You, siendo esta última interpretada en formato acústico y con Oliver acercandose al público de las primeras filas de cancha. Cabe destacar que ambas canciones no fueron tocadas por Bring Me The Horizon en su paso por la primera edición de Knotfest en Chile, así que la fanaticada agradeció de sobremanera el detalle.

Bring Me The Horizon en el Teatro Caupolicán, 2022 / Imagen: Romina Santibáñez.

Drown marca el comienzo del fin del show. El mosh ha sido constante, al igual que la emoción de las personas asistentes al evento. La banda sale del escenario y el Teatro Caupolicán corea la canción Pray For Plagues. Oliver retorna y canta brevemente el single perteneciente al álbum Count Your Blessings (2006). El encore del show cuenta con Obey y Throne. Esto es lo que Bring Me The Horizon entrega a su fanaticada. “Gracias Chile”, finaliza Sykes. La agrupación lanza uñetas y baquetas. La frase “BRING ME THE HORIZON JUST ROCKED MY FUCKING WORLD”  es proyectada en la pantalla. Nos abrazamos con C y nos tomamos fotos antes de salir del teatro. El show ha terminado. Abrazos, lagrimas y gritos. Eso era el público durante esta jornada. Es la última cobertura de 2022 y estoy feliz. Todo el público está agradecido y emocionado por poder ver nuevamente a la banda inglesa. La ternura del mosh estuvo presente. Volvemos a casa con el corazón lleno. 

Bring Me The Horizon en el Teatro Caupolicán, 2022 / Imagen: Romina Santibáñez.
Cuéntanos tu Opinión =)

Genaro Rencoret

Soy residuo del indie. Intento escribir generando crítica y diálogo entre las artes. Cuando grande quiero ser como como Gabriela Mistral o como David Byrne.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Botón volver arriba