Hablar de Pearl Jam es recordar mil y un clásicos, mil y un momentos, mil y un situaciones complicadas o lindas, todas, resumidas con su música; con sus canciones: con Ten. Un 27 de agosto, pero de un ya lejano 1991, una tensa calma daba comienzo a una historia que dura 53 minutos. Once nos habla del delirio de un joven que en algún momento tuvo el control de su vida, e intenta, disimuladamente, ocultarlo. Siguiendo, Even Flow nos da la misma tónica oscura, mostrando una leve esperanza de mejorar y cambiar, pero no sabe cómo.
Como no podía ser menos, las sensaciones fuertes no cesan, y Alive nos lo deja claro: I’m still alive. Un crescendo evidente, con una letra cruda de un hijo que mantiene una relación con su madre por su parecido a su padre biológico, que ya no está presente. Nada se detiene, y pasamos a la historia de una joven que ingresa a un psiquiátrico en contra de su voluntad, Why Go y la locura sigue. ¿En vivo? Una jungla. Bajamos las pulsaciones, ¿o quizás no? Black se adentra de nuestros corazones como una de las puñaladas más fuertes que se pueden sentir, esas de amor, esas que duelen. Cuánt@s no dedicaron esta canción al firmamento, por aquel amor que se fue y no volverá. Continuando, un Jeremy que irrumpe en su salón, dándose a conocer tras explotar, de salir fuera de sí, de cometer suicidio tras ser atormentado y acosado en su escuela. Una historia real, de tantas, hablando por aquellos que no se atreven. Pearl Jam es eso, es ser la voz de esos que no tienen la fuerza de levantarse y erigirse tras pasarlo mal.
Nos vamos a la parte final, a la magia del cuarteto de temas cortos, con Oceans, una canción de amor. Un Porch que nos deja atrás todo lo que aprendimos dos minutos atrás, y nos muestra un quiebre, para cruzar a Garden, la negación propia a ser algo que no quieres ser, a negarse a obedecer e ir a dar la pelea a ciegas por un objetivo banal. Para cerrar, Deep y Release: Una catarsis y una comunión consigo mismo, un reencuentro y cimientos firmes para dejar claro quién es Pearl Jam. Que una banda así no es pasajera, sino que queda en las conciencias de todos aquellos que, por casualidad o no, llegan a oír sus canciones. Una banda de Seattle que se dio a conocer hace 28 años, y dejan un legado imborrable para siempre.
Te queremos, Pearl Jam. Te esperamos siempre. #LaCajita
