Coberturas

LA TERAPIA DE LA EPICIDAD | MUSE EN CHILE

El impulsar ir más allá de lo lógico implica correr riesgos. Tomando en cuenta la fama que un artista o una banda pueden llegar a tener en su carrera, es importante desafiarse a uno mismo, y más, hacerlo bien. Lograrlo implica tener el reconocimiento de propios y ajenos, siendo los primeros esos que aumentan exponencialmente gracias a aquellos bendecidos por el guante mágico de genios como el que estuvo ante los ojos de una Pista Atlética atónita el día domingo. Pocas palabras existen para describir precisamente lo que Muse hace sentir con sus presentaciones en vivo. Es simplemente uno de los mejores espectáculos del planeta, con una puesta en escena de otro mundo que nos demuestra el por qué Muse hoy sigue sonando más fuerte que nunca.

Tras una gira que ha llevado a los británicos a lo largo del planeta, recorriendo desde Estados Unidos a Singapur, el penúltimo timbre de los pasaportes marcaba a Chile como el país a visitar antes de Perú, lugar donde el Simulation Theory World Tour llega a su fin. Día nublado, con los accesos de Avenida Grecia repletos por fanáticos expectantes a ver una obra de arte, tal y como ha caracterizado a Muse, una terapia de luz, sonido y magia, con unos intérpretes que saben de hacer genialidades.

Imagen: Ulises Bustos.
Imagen: Ulises Bustos.

El telón se levantó con unos invitados estrella: Kaiser Chiefs. La banda oriunda de Leeds, Inglaterra, fue capaz de dejarlo todo con himnos como «Ruby» y “I Predict a Riot” sumado esto también a canciones como “The Angry Mob” u “Oh my God” que hicieron parte al público, ese que, entusiasta, esperaba el plato principal. Una banda de este nivel merece repetir su show solos en un espacio más intimo como lo fue el 2016 en el Teatro la Cúpula. Sin duda, un gran nivel por parte de Ricky Wilson y compañía.

Lo que vendría después del cierre de Kaiser Chiefs sería ansiedad pura: Sonidos que emulan a una versión futurista que nos lleva a otro mundo. Oscuridad previa a la luz, previa a esa teoría de la simulación, que sabemos que no está muy lejana a la realidad que vive cada uno de nosotros. Es tensión, es que los provenientes de Devon se acercan como un monstruo que acecha a sus víctimas. Y es que no estamos tan equivocados. Temas de Stranger Things de fondo calmaban la espera a lo que se vendría.

Imagen: Romina Santibáñez

Cercano a las 21:10 llega el momento que más de 15000 fanáticos esperaban. Luces apagadas, una banda de trompetistas provenientes del futuro se alistan a recibir a un líder, con “Algorithm” (la versión Alternative Reality) Matt Bellamy comienza a ascender desde la pasarela entre los coreográfos frente a un público completamente eufórico. Luego de emerger, “Pressure”, del último disco “Simulation Theory” que también da nombre a la gira que los trajo, suena con fuerza. Se rompe todo, Bellamy, Howard, Wolstenholme y Nicholls en acción. El show continúa con un video proyectando al “Drill Sergeant” -también del futuro, con una figura que recordaremos posteriormente- y todos sabíamos qué venía. El público grita al unísono “AYE SIR” mientras comienza a sonar “Psycho”.

Le siguieron una combinación de clásicos y temas nuevos con “Break It To Me”, “Uprising”, “Propaganda”, y una bomba con el nombre de “Plug in Baby”. El espectáculo de luces es simplemente increíble, mientras que Matt y compañía se pasean libremente por el escenario y la pasarela, interactuando muchísimo con el público. Son bombas tras bombas, como si se tratara de una guerra con municiones cargadas de experiencia, y cómo no, si es evidente el peso que tiene esta banda. El sonido es de otro planeta. Es una película de Spielberg con impactos como los vistos en Rescatando al Soldado Ryan. Muse sabe qué le gusta a su publico y es por esto que suenan hits como “Supermassive Black Hole”, “Hysteria” y “Thought Contagion”, esta última con una increíble coreografía con los Muse Dancers vestidos de zombies futuristas, encendiendo la pasarela de verde y haciendo corear a toda la Pista Atlética. El escenario es de ellos, contándonos una historia.

Imagen: Ulises Bustos
Imagen: Ulises Bustos

Tras la locura de los primeros 45 minutos, Dom Howard toma el micrófono y relata al público que tienen a elegir entre dos canciones: “Showbiz” y “Bliss”, ¿cómo? La premisa de qué tan fuerte gritaba el público con cada tema. Finalmente, los asistentes eligieron escuchar “Bliss”, a lo que el baterista responde en broma: “tengo que recordar como tocarla”, y al mismo tiempo reviviendo los buenos tiempos del “Origin of Symmetry” lanzado en 2001.

Avanzando, pasan canciones que, si bien pueden no tener el peso rockero en un álbum como lo son el dubstep de “The 2nd Law: Unsustainable”, «Dig Down» muestra cómo acercar y sincerar a cada uno de los asistentes. Teléfonos al cielo, y una interpretación magnífica. De vuelta al escenario principal, suena “Madness”, digna de ser una historia desgarradora de amor como una producción de Broadway hasta llegar a “Mercy”, en donde Matt Bellamy toma la bandera chilena entregada por fanáticos, paseando con ella por toda la pasarela. En la misma canción, tenemos explosiones de confeti convierte inmediatamente en memorable estos minutos. Si ya se piensa que es un concierto espectacular por interpretación y cercanía con el público, los británicos no se dan por saciados.

Imagen: Romina Santibáñez
Imagen: Romina Santibáñez

Suena “Time is Running Out” y “Starlight” y ya se entiende que no queda mucho show por delante. Vuelve a sonar “Algorithm”, pero esta vez en su versión original, con una nueva interpretación de los espléndidos coreógrafos, para dar paso al famoso “Metal Medley” que hace sonar sin descanso Stockholm Syndrome, Assassin, Reapers, The Handler y New Born. Un popurrí de clásicos y temas duros como para volverse loco. El público grita, salta y canta a todo pulmón, mientras que Muse sorprende con algo completamente increíble. Al comienzo de este medley, desde detrás del escenario la “mascota” de la banda llamada Murph, se erige sobre todos como si fuera un golpe de realidad. Murph comienza a imponerse y rápidamente llena gran espacio del escenario con “Stockholm Syndrome” causando euforia y felicidad sin control a los asistentes. Es un ida y vuelta en el que, al final de New Born, se logra ver cómo esta figura es arrasada como si fuera una historia de epicidad pura.

Ya el show llega a su fin, con una rendición a “Man With a Harmonica” de “Ennio Morricone” interpretada por Chris por su cuenta en la pasarela, tirando armónicas hacia el público y sacando otras de sus bolsillos. ¿De donde habrá sacado tantas armónicas? No lo sabremos.  Comienza el momento que todos esperaban. Suena la intro de Knights of Cydonia, encendiendo completamente al público que no teme dar toda la energía restante en una canción larga, llena de poder, y completamente épica. Toda la pista atlética al unísono gritando “No one’s going to take me alive, Time has come to make things right. You and I must fight for our rights, You and I must fight to survive…». Es claro, la batalla la ganamos todos.

Imagen: Romina Santibáñez
Imagen: Romina Santibáñez

La canción termina, y la banda se acerca en conjunto por última vez a la pasarela para despedirse de un público que lo dio todo hasta el final. Muse agradece diciendo que Chile es uno de los mejores públicos del mundo, y se retiran del escenario. Así termina una jornada llena de energía, en la que tanto Muse como Kaiser Chiefs lo dieron todo para contentar a su público y generar una experiencia única que no sabemos cuándo repetiremos. Es el peso de los británicos ante un público que no da tregua. Que alienta como si fuera un clásico entre dos gigantes, como si fuera una guerra, como si fuera una batalla que hay que rescatar y remontar.

Ulises Bustos, Gonzalo Lara y Romina Santibáñez. Cajita Musical.

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6 comentarios

  1. Me gustó la descripción que hicieron en el artículo, nos remonta a esos momentos épicos del concierto. No hay otra banda como Muse en el mundo, y es que mas allá del espectáculo en sí mismo, sus fans agradecemos la devoción con la cual piensan cada detalle. La entrega y cercanía con el público , la sencillez que tienen como banda y que contrasta con el tremendo show que montan… Muse es mas que luces y efectos, es calidad musical que sobrecoge.
    Espero que no pase mucho tiempo antes de volver a verlos, y es que aún no supero el haber podido conocerlos afuera del hotel cuando llegaron, donde a pesar del cansancio se dieron el tiempo de saludar a quienes les esperábamos.
    No hay palabras para describir la emoción que se siente, y no sé como se supera un show así, solo tengo ganas de agradecerles una y otra vez por todo lo que nos han dado!

  2. Pocas veces logras relatar la sensación y la emoción del mismo, incluso hacerla sentir a alguien que no estuvo. Gran artículo! El trabajo de las fotografías está increíble también. Sigan así!!! ????

  3. Épico cada momento del concierto de mis amigos, los siento parte de mi vida. Y así fue mi encuentro con ellos, como viejos amigos que no se veían hace tiempo.
    Siempre anhelando Resistance….

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