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AFTER HOURS: THE WEEKND ELIGE LAS VEGAS COMO EL SITIO PERFECTO PARA SALPICAR CON SUS INTERIORES

Por Ignacio Elgueta

 

El 2011 aterrizó a la escena musical Abel Tesfaye, un joven canadiense que con 21 años impregnaría su marca con un R&B oscuro y lúgubre; inundado de bajezas morales que coquetean con el glamour y el erotismo, lo que abriría paso a una narrativa que hasta el día de hoy rodea las sombras de su música. Así es como con una trilogía de mixtapes se transforma en una figura nueva y dueña de un séquito de seguidores que con el tiempo iría masificándose.

Tres LPs de estudio más tarde y The Weeknd ya es toda una fuerza dominante en la industria musical. Con diversos trabajos posicionados a la cima de listas musicales al rededor del planeta, todo lanzamiento de Tesfaye promete romperla, ya sea con sonidos bailables o melancólicos, más que claro está lo merecido que tiene todo el éxito al que se ha enfrentado su carrera. En esta oportunidad llega “After Hours”, anticipado por “Heartless” y “Blinding Lights”, dos singles que se diferencian con la misma fuerza con la que encajan en el universo de Abel, anticipando un proyecto de alto calibre.

Imagen: Anton Tammi

Las inspiraciones son bastantes claras, y la estética de Las Vegas trasciende desde el material visual hasta las líricas, con referencias a una ciudad que encapsula la idea de escapismo, en la que se ahogan los anhelos y peleas internas del intérprete. Abriendo con “Alone Again” se presentan las consecuencias del abuso de vicios pasajeros, una historia que ha acompañado su material desde sus comienzos, y se agarra firme la imagen del personaje con terno rojo que ha protagonizado todos los videos musicales y apariciones del artista en esta nueva era. La intención de contar una historia y plasmarla desde los elementos sonoros hasta los visuales del álbum es bastante clara e intrigante, en especial para el contexto actual mainstream; dejando pobre a sus contemporáneos: a diferencia de ellos, The Weeknd se toma muy personal el valor de seguir priorizando el concepto del álbum dentro de un 2020 en donde los formatos y las plataformas de streaming parecieran menospreciarlo.

En momentos como “Hardest To Love” y “Scared To Live”; se aprecia una riqueza vocal acompañada de una vulnerabilidad característica que The Weeknd alberga dentro de sus dotes como cantante, alcanzando la capacidad de llenar producciones atmosféricas reminiscentes de melodías que operan a corazón abierto, familiares de elementos representativos de los años 80s. Otras ocasiones que actúan como oda a esa década son “In Your Eyes” y “Blinding Lights”, invadidas por un synthpop bailable que va perfectamente de la mano con su afinidad al pop ya impregnada en los diversos hits que The Weeknd ha tenido, y por lo visto, seguirán en su catálogo.

Imagen: Anton Tammi

Por otro lado, hacen presencia diversas pistas con tópicos referentes a una vida abundante de excesos y los tormentos que por consecuencia le siguen, caminando la delgada línea entre la veneración y la condena a comportamientos destructivos. Una cualidad que justifica gran parte del atractivo lírico del cantautor, pintado detalladamente en “Faith” y “Escape From LA”. Los cuentos de desamor y conflictos del corazón parecen ser iguales en intensidad que sus pugnas internas.

“Save Your Tears” es definitivamente una de las mejores sorpresas en el tracklist, con una invitación a guardar las lágrimas; contrarrestada ante los relatos de escenas post ruptura, contados en una simpleza tan directa que duele hasta en la posición de tercera persona, todo envuelto por una estética sonora que dentro de su sencillez es lo suficientemente firme para elevar el álbum a una de sus floraciones emotivas más potentes. La excavación a sus tierras más profundas es evidente en “Until I Bleed Out” y “After Hours”, pieza que no solo se encarga de darle el título a todo el proyecto, sino que además logra resumirlo a la manera en que The Weeknd dirige la exploración de las dimensiones habitadas por sus matices más oscuras, y como estas van recorriendo sus cavidades hasta llegar a las superficies de los conflictos protagonizados por drogas, sexo y amor.

Imagen: Anton Tammi

Un álbum abordado por los tópicos que lo han caracterizado durante toda su trayectoria; pero sin hacerlo dar vueltas dentro de su zona de confort, sino que consigue empujar las paredes de esta. Libre de monotonía; se abunda de romance, lujuria, adicción y melancolía, plasmando tales perspectivas en ritmos que apuntan a todos los sentires. Evidente queda en esta etapa que la música le queda corta a las intenciones creativas de The Weeknd, quien entrega piezas audiovisuales entrelazadas para contar una historia mayor, definiendo un proyecto sólido; digno de permanecer en el tiempo y establecerse como un clásico.

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