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UN VINO BRITÁNICO | KEANE EN CHILE

El proceso de envejecimiento y trabajo de un vino es minucioso. Vigilado constantemente, bajo la lupa y el cuidado de diversos inspectores que se encargan que su producto, al momento de salir de sus reservas, lleguen de la mejor manera a sus consumidores. El trato es tal, que al llegar a hacer la prueba, la respuesta termina siendo unánime: «este vino es notable, una buena cepa». Para el caso particular de este vino, es uno que viene siendo tratado desde hace casi 25 años. Si bien la uva puede ser conocida por estos lados como País, o bien, Merlot, esta en particular posee nombres algo más poéticos: Hopes and Fears, de la reserva del año 2004, con un éxito a nivel mundial, o Under the Iron Sea, de 2006.

Imagen: Romina Santibáñez

Pero, ¿cómo es que estos vinos llegan a tener tal éxito? La fórmula puede ser respondida en dos palabras: «Gran Bretaña»; o quizás, en una sola: «Inglaterra». Keane, banda conformada desde 1995, para llegar hasta hoy, debió sortear climas húmedos y fríos, pero su producto es cálido para el corazón, trayendo un gran sabor a la mesa de los consumidores de este excelente brebaje.

Keane es como el vino, de los que envejecen de la mejor manera: lo presenciado el 24 y 25 de noviembre en el Teatro Caupolicán, demuestra cómo la pausa que tuvieron como banda los hizo llegar a una madurez que los deja en el nivel más alto. En un encuentro casi personal entre cada uno de los integrantes, comandados por Tom Chaplin, los adjetivos no son otros sino «magnífico», o también «maravilloso», como si se tratara de una sesión con unos predicadores que son capaces de quitar todo mal con solo sus palabras. Las y los fanáticos repletaron el recinto de la calle San Diego hasta las banderas, con dos sold out que se agotaron en cuestión de horas con meses de anticipación.

Imagen: Romina Santibáñez

Es sabido que la cantidad de éxitos de esta banda es enorme y no caben todos dentro de un set de casi dos horas de duración: están las que vieron luz en la década de los 2000, como por ejemplo Somewhere Only We Know, Sovereing Light Café, Perfect Symmetry, Spiralling, entre otros. El nombre de Keane, haciendo honor a Cherry Keane, mujer fallecida en la segunda mitad de los años 90, que fue fuerte inspiración para Chaplin y Tim Rice-Oxley, es definitivamente una banda a la que se debe ver en vivo al menos una vez en la vida: sus shows no sólo son una sandia calada de todos los éxitos cosechados a lo largo de su carrera, si no que la humildad demostrada en el escenario sacia a propios y ajenos, que seguramente ya no lo son tanto.

Imagen: Romina Santibáñez

We Are The Grand se encargó de hacer sonar los equipos de sonido por 45 minutos, una hora antes del inicio del plato principal. Los chilenos, demostrando como siempre que tienen méritos suficientes como para demostrar que llegan lejos en un terreno difícil como lo es abrir shows extranjeros. Más tarde, con la puntualidad que caracteriza a los británicos, ambas noches, a las 20 y 21 horas respectivamente, se apagan las luces: Tom, Jesse, Tim y Richard ingresan al escenario en medio de la ovación del repleto Caupolicán. Todos en sus lugares al ver cómo arrancan con Disconnected (domingo). Acto seguido, el teatro se viene abajo, un relajado Tom Chaplin se da el tiempo para saludar al público y detonar con Bend & Break, uno de los clásicos más icónicos de la banda. Con eso, y luego de un par de canciones, Chaplin conversa con el público, responde a los piropos y recibe regalos de sus seguidores, la fórmula se repite ambas noches, pero con un set distinto, sin abandonar las canciones ancla que, de seguro están en las listas de streaming de sus seguidores para reproducir una y otra vez.

Imagen: Romina Santibáñez

Setlist de más de 20 canciones por noche, estrenando el nuevo trabajo, Cause and Effect, y desafiando a una salud que daba la espalda al vocalista de la banda, que, según sus palabras, estuvo muy complicado durante la noche del domingo, y que, por fortuna, una inyección provocó la mejora del británico para el show del lunes. Sí, los artistas también son propensos a enfermarse. Casi diez mil personas reunidas entre las dos noches de emociones compartidas. Nostalgia, también. Pasaron más de 6 años para que Keane estuviera aquí. Es una reserva que, claramente, maduró de gran forma, y que estos dos días tomó un sabor exquisito. Lo disfrutamos todos.

Por Romina Santibáñez y Gonzalo Lara.

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