La magnate internacional del Pop regresa con “Madame X”: Una pieza que desde su comienzo se mostró intrigante y representada por el personaje que le da el nombre al LP, Madonna nos demuestra su compromiso a seguir entregando eras conceptuales y cargadas de simbología.
Jugando con la idea de que Madame X es un personaje de varias aristas: “Madame X es una profesora, estudiante, monja, prisionera, cantante de cabaret, santa, prostituta” es como la superestrella empezó a referirse a su decimocuarto álbum. Esta intención se refleja claramente en la música ya que un factor que destaca son sus ganas de sumergirse en distintos géneros y culturas, trabajando con artistas como Maluma, Quavo, Anitta y Swae Lee, a los cuales no solo invita a participar en sus canciones sino también mezcla su propia producción con elementos característicos de ellos, además de emplear sus idiomas nativos, razón por la cual podemos escuchar a Madonna cantando en español y en portugués, idioma que se percibe no solo fuertemente en su colaboración con Anitta sino que, además, en numerosas canciones solistas.
Con créditos, tanto en el área lírica como en la de producción, nos deja comentarios políticos y sociales en pistas como “Killers Who Are Partying”, “Batuka”, “Future”, “Dark Ballet”, y “God Control”. Por otro lado ofrece temas despreocupados y pegajosos, empujando la idea de que es una artista que no escasea en facetas. En estos últimos destaca “Faz Gostoso”, donde se tiene a Madonna y Anitta intercambiando naturalmente el inglés y el portugués para crear una pieza que sorprende y encanta en un ambiente lleno de samba y fascinación. Otra pieza que resalta es “Bitch I’m Loca”, un reggaetón puro y duro que incluye a Maluma, mostrando que no tiene miedo de jugar con el coqueteo latino.
El álbum cierra con “I Rise” para recordarnos que se trata de una artista perseverante que ha superado años de prejuicio por sus elecciones artísticas, y que tenemos Madonna para rato. Reina fue, reina es, ¿reina será? No hay motivo para decir que no.