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NATHY PELUSO EN CHILE: INTENSIDAD Y AMOR

El ya conocido trayecto por calle San Diego. La nariz se hiela con el frío que desciende cuando apenas son las siete de la tarde. La noche ya se hace presente. La baja temperatura produce un leve malestar en mí y un deja vú. ¿Qué es esta sensación? En fin, no hay tiempo para divagar porque hay un destino al que llegar: Teatro Caupolicán. ¿Por qué nuevamente el desplazamiento al recinto capitalino? La respuesta es sencilla y fascinante. Nathy Peluso llega con su «Calambre Tour». 

En las puertas del Teatro hay rostros cubiertos de mostacillas y sombras de ojos coloridas. La fanaticada de la artista trasandina se ven eufóricas desde ya. La impaciencia por entrar se hace latente, pero el ingreso es bastante ordenado y expedito. Entre la multitud se distinguen sujetos diversos que van desde adolescentes, la juventud universitaria que está en sus veinte, treintañeros que seguramente salieron hace poco de sus trabajos y hasta padres cuarentones o cincuentones que acompañan a sus hijas escolares. Nathy Peluso reúne a una fanaticada heterogénea, cuestión que hace sentido también con las estéticas diferentes que entrecruzan y conviven en su música.  

Al ingresar al teatro es perceptible un deseo de bailar y gritar. «Veremos a la Nathy», exclaman felices un par de chicas que están sentadas algunos asientos detrás de mí. Expresiones como las de esas muchachas reafirman lo bello que son los conciertos. Así, lo que queda ahora es esperar al ingreso de Mariana Montenegro, artista nacional que abre el espectáculo esta noche. Siendo las 19:40 hrs., y con diez minutos de anticipación, Mariana aparece en escena con un despliegue performativo y de sonoridades electrónicas.

El recinto capitalino se remece con la propuesta de la joven artista nacional que entremezcla sintetizadores con claros guiños ochenteros, beats con influencias urbanas y sonoridades reveladoras del quehacer de Mariana Montenegro como DJ. Pasan entonces por el Teatro Caupolicán «perreos kawaiis» -tal como señalo la compositora-, juegos de luces y un equipo de bailarines que lo dan todo junto a Mariana. Cerca de las 20:30, el espectáculo de Montenegro finaliza con su canción titulada «Música». Agradeciendo el cariño y la energía del público, la artista nacional se despide.  

Ni un minuto ha pasado desde que Mariana se bajó del escenario y la audiencia completa clama por Nathy Peluso. Aún queda media hora para la hora estipulada para el comienzo del plata fuerte de la noche, así que hay que esperar. El Teatro Caupolicán está realmente repleto y se ve precioso. Algunos espectadores trajeron globos, así que en la cancha se divierten jugando con ellos. Como telón de fondo suena una playlist de funk, soul y jazz. Llegadas las 21:00 hrs. no sucede nada. El show de Nathy Peluso se retrasa y el griterío no se hace esperar. La demora se acaba las 21:12 hrs. cuando se apagan las luces y realmente el Teatro Caupolicán estalla en alegría. 

Con siete músicos en escena -batería, trombón, trompeta, guitarra, bajo, teclados y percusión-, Nathy Peluso aparece imponentemente vestida de negro. «CELEBRÉ» explota como canción de apertura y todo el Teatro Caupolicán se haya de pie coreando. Se percibe de inmediato la intensidad del «Calambre Tour». La compositora trasandina baila, canta y mira al público en un acto de performance pura. «SANA SANA» prosigue sin dar tregua para descansar. «Argenta como la negra Sosa, / Ya sabés que soy la peligrosa», canta Nathy demostrando su fuerza y que su show tiene una calidad tremenda. 

Nathy Peluso en el Teatro Caupolicán, 2022. Imagen por: Jaime Valenzuela.

Luego de tan sólo dos canciones, el sudor corre por los cuerpos. Nathy y los espectadores no han dejado de bailar. Ahora llega «BUENOS AIRES» a relajar un poco. El groove de esta canción es trabajado por la excelente banda que acompaña a la joven voz argentina. «Me empieza a molestar / que haga frío en la ciudad», canta la artista. Ese era mi deja vú caminando por San Diego. Pero qué importa lo helado que esté la calle afuera. Estamos en el Teatro Caupolicán disfrutando con Nathy Peluso. 

Los músicos empiezan a improvisar con una base rítmica y armónica de salsa. Ya sé lo que viene. Nathy baila y toma una rosa. Verla arriba del escenario es hipnótico. Debo insistir: el trabajo que despliega Peluso de una calidad tremenda. La flor es arrojada al público que está en la cancha. Los gritos de emoción resuenan en todo el teatro. Nathy sigue danzando con otra rosa que termina también lanzada a la gente. Una tercera rosa en las manos de la artista. Esta última se quiebra, pero no importa porque igualmente llega a los espectadores que se encuentran debajo del escenario. La salsa continua con «PURO VENENO» que es coreada con euforia por la gente. 

«SUGGA» llega para mostrar el lado más pop de Nathy y «LLAMAME» acerca su lado jazzy. El calor dentro del Teatro Caupolicán es potente. ¿Es debido a que la cantante argentina no se ha detenido? Creo que sí. Peluso no ha dado tregua entre canciones hasta ahora. «Esta noche todos tenemos algo que nos une: el amor», afirma Nathy y hay un cambio de paradigma sonoro. Llega la bachata con «ATEO», canción donde la voz trasandina colabora con C. Tangana, y el baile prosigue para dar paso después a «MAFIOSA». 

Nathy Peluso en el Teatro Caupolicán, 2022. Imagen por: Jaime Valenzuela.

Entre aplausos, las luces se apagan y Nathy se arrodilla en el escenario. «Tengo el canto metío en mi alma / ta quietecito esperando a que salga», exclama Peluso cargada de un efecto vocal robótico. Una breve pausa con «ARRORÓ» para sentarse y seguir con la carrera. Y es que, efectivamente, este show se ha sentido como una carrera de cien metros plano. Demostrado queda esto cuando suena «BZRP Music Sessions #36». canción donde Peluso colaboró con Bizarrap. La fuerza de Nathy aparece en plenitud cuando salen los ya clásicos versos: «Una perra sorprendente, curvilínea y elocuente. / Magníficamente colosal, / extravagante y animal». 

«DELITO» le entrega perreo a la velada y «BUSINESS WOMAN» insiste en el empoderamiento de Nathy como artista. Vuelvo a preguntar, ¿alguna persona tiene la osadía de poner en duda lo que hace Peluso en el escenario? Bueno, si es así, me permito advertir que la artista trasandina hasta se dio el lujo de saltar la cuerda en esta última canción mientras utilizaba tacos. Es decir, ya llevamos más de una hora de concierto en el que Nathy no se ha detenido y para más remate salta la cuerda con una velocidad que envidiaría más de algún sujeto adicto al gimnasio. Con esto quiero indicar que Peluso es una artista gigante y que está pasando por un momento sumamente importante en su carrera. 

Nathy Peluso en el Teatro Caupolicán, 2022. Imagen por: Daniel Sáez.

Aún queda energía en el Teatro Caupolicán cuando suena «EMERGENCIA», la última canción estrenada por la cantante. Todo el público salta junto a Nathy remeciendo el recinto completo como si de un sismo se tratara. «CORASHE» continua con la fiesta y Peluso no se ve para nada cansada. Hay ganas de más. Hay suela en los zapatos aún para bailar, así que suena la última canción de la noche: «VIVIR ASÍ ES MORIR DE AMOR». El homenaje a Camilo Sesto que hace la voz transandina es simplemente bello. Las linternas de los teléfonos se encienden. Nathy agradece el amor que le ha brindado Chile en todos sus proyectos y afirma que su próximo concierto que será en el Movistar Arena en noviembre será magnifico.

El espectáculo termina y nos disponemos a volver a casa. En calle San Diego se siente el frío del otoño santiaguino. El éxodo se da hacia la estación Parque Almagro. Corremos con la multitud para alcanzar a entrar al metro. Las caras que veo mientras espero el tren tienen sudor y expresan felicidad. Nathy Peluso entregó todo en esta pasada con su «Calambre Tour» y quedaron ganas de más baile. Por ahora hay que esperar hasta noviembre para reencontrarnos con Nathy Peluso, una de las referentes más importantes de la música hispanoparlante de la actualidad. 

Nathy Peluso en el Teatro Caupolicán, 2022. Imagen por: Daniel Sáez.

#LaCajita <3

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Genaro Rencoret

Soy residuo del indie. Intento escribir generando crítica y diálogo entre las artes. Cuando grande quiero ser como como Gabriela Mistral o como David Byrne.

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