Con una hora y media de show, la cantante se encargará de cerrar el último día de Lollapalooza en Chicago entre medio de una extensa gira que, por el momento, promete recorrer Europa y Norteamérica en soporte de sus dos últimos álbumes de estudio: “Sweetener” y “thank u, next”. Parece ser el momento apropiado en su carrera para protagonizar un festival de este calibre al encontrarse en un abrumador éxito que hacen de la artista un fenómeno tanto cultural como comercial en lo que va del año y gran parte del anterior. Este período de gira, denominado como “Sweetener World Tour” estaba originalmente comprometido para respaldar mayoritariamente su trabajo denominado “Sweetener” lanzado en agosto del 2018, pero tras una suma de tumultuosos episodios personales y en parte públicos, como el rompimiento de su compromiso matrimonial y el fallecimiento de su ex novio, la artista encuentra una nueva necesidad de tomar a sus colaboradores frecuentes, que también forman parte de su vida personal como amistades cercanas, y decide encerrarse en el estudio para plasmar su trabajo artístico de sentimientos e ideas frescas como nunca antes lo había hecho.
Ante un cúmulo de canciones que parecían ir tomando la forma de un cuerpo artístico cohesivo, la sensación del Pop junto con el apoyo de su equipo y sello discográfico decide que era momento de interrumpir el tradicional ciclo de álbum-gira que siempre había respetado en su carrera y repentinamente lanza el primer single de su quinto disco y el que le da nombre a éste, “thank u, next”, antes de que termine el año. Este sencillo se convierte en el primero de Ariana en debutar a la cima de la lista Billboard Hot 100, revelando el comienzo de una exitosa narrativa que acompañó el resto de los lanzamientos dentro de esta era. Así es como una pieza despreocupada -pero íntima- incluye la perfecta combinación de una melodía pegajosa y líneas un tanto escandalosas que llaman la atención de sus oyentes al nombrar, sin pelos en la lengua, a sus pasados ex novios uno por uno, citando de forma resumida lo que le fue quedando de sus experiencias amorosas. La manera en que Grande logra entregarnos su versión de los hechos con una perspectiva libre de rollos y un pellizco de optimismo hacen de este tema un himno frente al cual un diverso grupo de personas fácilmente pueden conectar y corear al mismo tiempo que se sujeta a ella misma en un nuevo rol de personaje más cercano y transparente, lo que da justo con la cabeza en el clavo y nos prueba que en la actualidad la idea de una estrella Pop que se asimile al ciudadano común es cada vez más fascinante.
Los temas que proceden a ser lanzados para luego acompañarse por el resto del álbum generan furor en las plataformas de streaming y logran crear más atracción e impacto que su trabajo anterior, mostrando que la estrella internacional no es un fenómeno pasajero, y con una relativamente corta carrera sigue entregándonos indiscutibles hits que no parecen irse a ningún lado en el futuro cercano. Lo interesante en esta reciente época de la intérprete, es que en sus dos últimos trabajos de estudio, por primera vez acapara un nivel importante de autoría y autonomía en términos de escritura y creación musical, enseñándole al público que aumentar el compromiso que tiene con su obra a nivel personal es un riesgo que al ser ejecutado de manera perfecta entrega satisfacción tanto para ella como para su creciente número de fans.
Dentro de un festival que históricamente se ha caracterizado por no mantener como cabezas de cartel a artistas femeninas Pop, la presencia de alguien como Ariana Grande tienta a diversificar la escena y la cultura festivalera en un clima que cada vez se caracteriza más por la falta de importancia que se le está dando a mantener la tradición por ciertos estilos. Un evento que, en sus raíces, cargaba Rock y Grunge, retorna en una nueva edición para darle espacio a artistas como Ariana, prometiendo ser un hito no sólo para ella y su trayectoria musical, sino que también para el festival en sí.
#LaCajita
FOTO: Getty / Kevin Mazur