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LLENO DE CONTROVERSIAS | COBERTURA A RITUAL FEST

Miranda! en Ritual Fest. Fotografía por Romina Santibáñez para Cajita Musical

Miranda! en Ritual Fest. Fotografía por Romina Santibáñez para Cajita Musical

Por Neliana Velasco

Luego de la polémica generada tras la baja a última hora de Pablo Chill-e, Harry Nach y Polimá, la producción logró llevar a cabo el compromiso.

A la baja de los artistas nacionales, se sumó la ausencia de Akapellah por problemas con su visado.

La cita comenzaba a las 12:00 hrs. en el Estadio SEK Santa Laura donde habían instalados cuatro escenarios, donde se realizaban shows en paralelo.

Dentro de los invitados se encontraban artistas de renombre internacional como Javiera Mena, Camila Moreno , Miranda! y L-Gante.

Camila Moreno en Ritual Fest. Fotografía por Romina Santibáñez para Cajita Musical

En uno de los escenarios principales quien dio el inicio al Festival Ritual, fue Marineros, banda pop nacional amadrinada por la figura chilena anteriormente mencionada, Javiera Mena.

Las presentaciones siguieron en el escenario Andes de la mano de Camila Moreno, la intérprete de “Tu mamá te mató” subió al escenario a las 14:15, demostrando su calidad como artista y trayectoria.

En el mismo escenario se llevó a cabo una de las presentaciones más esperadas: Boy Pablo, la banda liderada por Nicolás Pablo Múñoz, se ha ganado un espacio con su álbum “Wachito Rico” dentro de la fanaticada chilena.

La banda intérprete de “i hope she loves me back”, lograró cautivar a los asistentes con la presentación de su álbum y además con escuetas palabras y modismos chilenos que ponían eufóricos al público de canción en canción. A la postre, es chileno.

Boy Pablo en Ritual Fest. Fotografía por Romina Santibáñez para Cajita Musical

Por otro lado, We are the Grand fue quien cautivó al público en el escenario Pacifico, donde más tarde también se presentó Arte Elgante y la aclamada banda argentina Miranda!

El retorno de Paloma Mami a la escena musical chilena luego de las restricciones debido a la pandemia, la artista presentó su trabajo musical “Sueños de Dali”, donde también incluyó sus éxitos como “Mentías”.

Mientras tanto, al otro lado del Estadio Santa Laura, en el escenario Atacama, dijo presente la emergente artista nacional Soulfia, quien invitó a su compañera Loyaltty a compartir escenario, donde interpretaron su colaboración “Rika”.

La participación de Soulfia no fue solo durante su presentación, sino que también fue parte del show de Cease en el mismo escenario. El cantante también tuvo como invitado a DrefQuila, donde cantaron su éxito “Dámelo”.

Paloma Mami en Ritual Fest. Fotografía por Romina Santibáñez para Cajita Musical

En seguida vino la actuación de la banda Plumas, compuesta por los hermanos Zicavo, ex integrantes de Moral Distraída, donde presentaron canciones de su álbum titulado “Plumas” lanzado el año pasado.

Mientras que en el escenario Antártica, el más afectado por las bajas, Young Cister interpretó sus éxitos “Casi Amor de Verano” y su colaboración con Polimá “Sextime”, agradeciendo al público por su presencia y pidiendo el respeto de las productoras con los artistas nacionales.

Esteban Cisternas, continuó su discurso dejando ver falencias en la organización del evento, el cantautor oriundo de Quilicura dejó en evidencia que no había podido hacer prueba de sonido y que no se había cumplido con lo acordado, apoyando así la decisión de Pablo Chill-e, Polimá y Nach de no asistir al evento.

Bandalos Chinos en Ritual Fest. Fotografía por Romina Santibáñez para Cajita Musical

Sin embargo, para los asistentes, la mala organización del evento fue clave, donde señalaron que “era una falta de respeto que los artistas nacionales estuvieran relegados a escenarios tan pequeños”.

A la lista de errores de producción, se suma la mala instalación de la protección de las canchas de fútbol ubicadas en Independencia, así mismo las largas filas para comprar comida y bebestibles y el caos que provocó la caída de Transbank, ya que se había comunicado que no aceptarían dinero en efectivo.

Bajo lo anteriormente mencionado, queda en evidencia, que el “Santa Laura” no es un recinto apropiado para albergar un festival de esta envergadura, ya que también fue un problema para el público el tránsito entre escenarios e incluso el acceso al mismo recinto, generando en un momento una fila de tres cuadras para ingresar.

O quizás no es el lugar, sino la interminable lista de errores cometidos y evitables para hacer que la experiencia del público sea adecuada. Esperemos esto acabe de una vez y sepamos estar a la altura de lo que este país merece.

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