
Por Genaro Rencoret
Hoy en #Emergentes traemos Bailar en Lagrimas, proyecto musical liderado por Sebastián Olivares y que trae consigo una sonoridad ligada al indie pop, jangle pop y bedroom pop, pero, sobre todo, cargada de nostalgia y melancolía.
La pandemia ha golpeado más que duro en la vida de todas las personas, pero dentro de todo existen cosas que se pueden rescatar de la hoguera y que dan aires de renovación. Una de ellas es la nueva música que se sigue produciendo y lanzando día a día por artistas jóvenes, cosa que cada semana nos trae por estos lares. Conversar con Seba Olivares me dio luces de las novedades surgidos en esta época extraña. “Gracias a la cuarentena he podido grabar todo el material que tenía pensado hace mucho tiempo. He rescatado harto lo que es subir música, tener difusión, poder hacer autogestión”, afirmó el joven.
Los orígenes del interés musical es algo que siempre me interesa saber sobre las personas con las que puedo conversar. Seba me comentó que sus inicios formales en la música fueron entre 2015 y 2016, estando aún estudiando en colegio. Desde ahí el asunto no paró. Entre la creación de proyectos, un par de grabaciones y separaciones de bandas, Sebastián cimentó que su única opción era ser músico. No existía otra posibilidad. “Es parte de mi esencia […] Me gusta demasiado hacer música, me gusta. Siempre tengo ideas en la mente, siempre tengo algo ahí bailando. Siempre hay algo en la mente que quiero plasmar en piano, guitarra”, explica el joven artista. Es así como decide lanzarse a la piscina y embarcarse en una carrera como solista
Trabajar solo ha llevado a que esta nueva voz nacional lleve de forma casi totalmente autónoma su proceso. Sus primeras canciones como “Gatos Depresivos” y “Tantas Despedidas” fueron hechas casi completamente por el mismo Sebastian, excepto la masterización. Sobre su proceso creativo, el compositor nacional comentó: “Es complicado. Tengo diferentes formas de trabajar […] Primero hago la melodía, después hago la letra y después pasa a la masterización”.
Ahora tomar conciencia de la sonoridad del proyecto Bailar en Lágrimas nos lleva a pensar de golpe en el trabajo de Mac DeMarco o Vacations. Las influencias de Sebastian son, según sus palabras, muy variadas. “En el colegio mi influencia era mucho Gustavo Cerati. Era Cerati y nada más […] Pero ahora en 2019/2020 me puse a escuchar demasiado indie, […] sobre todo Mac DeMarco, Boy Pablo, Clairo. Tienen un estilo bien particular de ser bedroom pop […] Pero quien yo creo que la persona que más me ha logrado influenciar es Kevin Parker de Tame Impala. Y si tengo que rescatar una influencia más fuerte aún, yo creo que Vansire me ha marcado también”, explica el compositor nacional.
Las primeras canciones de este proyecto surgen, afirma Sebastian, desde experiencias de él mismo y de sus amistades. Relaciones, depresión e insomnio son algunos de los tópicos de canciones como “Gatos Depresivos”, “2 x 3” o “El Club De Los Que No Duermen”. Temas y letras que llegan a ser viscerales, que surgen desde estar en el fondo o en un circulo vicioso, pero que, a pesar de ello, vienen acompañadas de sonoridades que -desde mi sentir- van dirigidas a esta sensación de estar destrozados por dentro y que aún así hayan ganas de bailar. Creo que esa esencia happy-sad que tanto le debemos a bandas como The Cure se ve plasmada en el proyecto de Sebastián y que, de hecho, resume tan bien en el nombre de Bailar en Lágrimas.
Cabe destacar en este punto que hace poco tiempo se liberó “Pre Melatonina”, el primer EP de este trabajo dirigido por el artista nacional. Una obra de cuatro canciones donde destaca la sonoridad del jangle pop, bedroom pop y el indie sin lugar a dudas. “Todas las canciones tienen esta estética de ser indie o que haya un chorus en las guitarras, un sintetizador marcando”, explica y ejemplifica el músico nacional. Asimismo, los sentimientos de nostalgia y melancolía que transmiten las voces del mismo Sebastian calan hondo. Y es que la voz de Seba es algo que destaco ante todo. Demostrar emocionalidad e intensidad no es algo sencillo. No creo que se trate necesariamente de técnica vocal -claro que trabajarla es importante-, pero tengo el férreo pensar de que se trata de pura honestidad. Y creo que Sebastián es poseedor de una voz honesta, que, por cierto, no todas las personas tienen.
Siempre batallo con la extensión de estas notas y cada vez me enfrento a una especie de fracaso. ¿Cómo plasmar en limitas líneas y palabras las conversaciones que tengo con nuevas voces musicales? ¿Hay alguna forma de traspasar el dialogo enriquecedor y revelador? La verdad, creo que aún no logro hacerlo como me gustaría. Sin embargo, si algo queda que permite dar cuenta de las charlas es la música de artistas con hambre de crear.
Es así como puedo afirmar que Bailar en Lágrimas entrega, como dije más arriba, esa sensación de estar quebrado y querer aún así soltarnos con unos pasos de baile. Creo que en estos tiempos de encierro se hace pertinente danzar aunque estemos con dolor. Han sido tiempos difíciles y la obra de Sebastián Olivares puede ser un soundtrack ideal para enfrentarlos. Sintetizadores, teclados y guitarras cargadas de chorus fundan esta atmosfera donde tanto la nostalgia como la melancolía son principios ordenadores de una propuesta musical que -desde mi parecer- vale totalmente la pena de ser oída.
Dense una vuelta por Spotify y escuchen el EP “Pre Melatonina”. Empápense de “Película Nefasta”, “Arrebol”, “Frágil Lucidez” y el cover de “Cámara Lenta” de Javiera Mena. También pasen por el canal de YouTube de Bailar en Lágrimas y escuchen “Gatos Depresivos”, “2 x 3”, “El Club De Los Que Duermen Poco” y «Tantas Despedidas”. Permitan que el sonido honesto que transmite Sebastián los lleve porque, insisto, no hay pérdida alguna en este trabajo.
#LaCajita