Por Genaro Rencoret
¿Cómo comprendemos el trabajo de editar? Andrea Bescós (2020), escritora y editora española, ha descrito esta actividad de la siguiente manera: “Es el maravilloso proceso de meterte en un texto sin saber hacia dónde te va a llevar, pero también es arriesgarte y darle confianza al autor”. Por su parte, la editora Laura Huerga (2020) ha expresado que la edición de un texto es un proceso que va desde la pura selección de la obra hasta llevarla a las librerías, al público y a la prensa. Desde mi posición, creo de manera férrea en estas concepciones del acto de editar, pero quien lea estas líneas se podrá preguntar la razón por la que me detengo en esta cuestión cuando en Cajita Musical nos dedicamos a la música y no a la literatura. El motivo para iniciar con esto es que, según mi parecer, editar un texto es sumamente similar al producir una canción, un EP o un disco.
El trabajo de quien produce una pieza musical es, al igual que el de una persona que edita libros, un quehacer muy poco reconocido y que no es abordado tan profundamente en los medios de comunicación más allá de una usual mención informativa. Resulta claro que las personalidades que nos dedicamos a la difusión de arte debemos cuestionarnos este tema porque hemos sido partícipes de marginar una ocupación de suma relevancia. El trabajo de producción musical se alza como un pilar fundamental e imprescindible. Parece obvio que The Beatles no hubieran sonado igual sin George Martin, Charlie XCX tampoco sería lo mismo sin la participación de SOPHIE o el reggaetón sin la obra de Tainy, por dar cuenta de algunos ejemplos. De esta forma es que esta nota se presenta, al menos para mí, como el primer paso para valorar como corresponde a esta labor.
Hace unos días pude conversar con los integrantes de Contrapulso Records, sello discográfico que ha surgido en plena pandemia gracias al trabajo de cuatro estudiantes de producción musical. Su labor se enfoca, según lo han indicado en sus redes sociales, al trabajo colaborativo con artistas emergentes en el desarrollo de sus trabajos y siendo un apoyo desde los campos de la composición, arreglos, creación de letras, mezclas y hasta el master.
Para ser más preciso, el trabajo de este sello nacional apunta a la escena urbana. Sin embargo, ¿Qué entendemos con el concepto de urbano? El artista Tyler, The Creator (2020) expuso que, para él, utilizar el calificativo de urbano en la música es sólo una manera políticamente correcta de decir nigga -cabe acotar aquí que nigga es una forma peyorativa para referirse a las personas afroamericanas o afrodescendientes-. La reflexión de Tyler surgió tras ganar el premio Grammy a Mejor Álbum de Rap en 2020 y es pertinente revelar que, para la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación de Estados Unidos, el concepto de urbano se emplea para encasillar géneros musicales como el rap, R&B e, incluso, el pop. Es, sin dudas, un debate extenso que de hecho en Chile también se ha producido y que se dirige a una cuestión de sesgo social -como muy bien lo mencionó Alexis, letrista de Contrapulso Records, en nuestra conversación-.
A pesar de lo anteriormente esbozado, en Contrapulso Records consideran que se dirigen a sonoridades no tan usuales dentro de lo comúnmente entendido como escena urbana. Bastián, el beatmaker del sello, me comentó que al momento de construir pistas toma referencias ajenas al urbano. Desde el The Doors, Rage Against The Machine y hasta la música ambiental forman parte de su arsenal sonoro. De igual forma destaca el trabajo de Marcelo, encargado de composición, quien se desenvuelve desde las influencias del indie y que toma como influencia en la producción a personalidades como Tainy o Bad Bunny. Es más, José -productor de Contrapulso Records- me indicó que el nombre de la discográfica fue pensando en sus orígenes con la finalidad de construir un sello enfocado al jazz. Y, por su parte, Alexis me comentó que su quehacer tiene referencias del reggaetón de comienzos de la década del 2000, el rap dominicano, la trova y el blues nacional, el rap estadounidense, los soundcloud rappers y Mente Sabia Crú, entre otras figuras.
Con todo este mundo de sonidos puedo decir, siendo totalmente sincero, que en el trabajo de Contrapulso Records se nota de forma clara la mezcla de tanto vastas como diversas vertientes musicales lo que, según mi parecer, es sencillamente genial porque se arriesgan a salir de los márgenes de lo canónico -y esto siempre es algo que debe destacarse-.
Teniendo en consideración el enfoque de los chicos de este nuevo sello discográfico nacional, resulta pertinente y urgente dar cuenta del trabajo que han publicado, hasta el momento, con dos jóvenes artistas: El EP 18+ (2021) de Tommy Hilfigher y el EP Prorrogados (2021) de Ratalia. Ahora bien, antes de ahondar en estas obras debo advertir que ambas son sumamente diferentes entre sí. Sin embargo, he percibido que tienen vibras comunes y eso es producto, sin lugar a dudas, de la mano creativa de Contrapulso Records.
La obra del joven músico Tomás Díaz -con quien también tuve la oportunidad de charlar- se pudo constituir gracias al trabajo colaborativo con el sello. “Teníamos un orden. Fue muy importante tenerlo porque eso era lo que me faltaba para empezar a profesionalizarme. (…) Yo grababa un rato y se me olvidaba, pero como ahora tenía una estructura y a alguien que estaba confiando en mí me obligaba a buscar más inspiración”, me comentó el propio Tommy acerca de trabajar con Contrapulso Records.
18+ (2021) se desenvuelve con tres canciones –Twerk, Se me dio y Pack al DM– que muestran diversas texturas e influencias. Según palabras de su mismo autor, el EP toma referencias de la música de su infancia como, por ejemplo, Chayanne. Aunque, de igual manera, Tommy destaca también a Romeo Santos, Aventura, Arcangel, Kevin Martes 13, Chris Brown y R.K.M & Ken-Y como figuras de peso al crear su propia música. Y es claro que en la obra de este joven músico chileno se perciben dichas vertientes sonoras que fluyen entre el reggaetón y el trap, pero es necesario dar cuenta que no es un trabajo como el desarrollado por Pablo Chill-E -quien es icono del urbano chileno actual-. La intención de Tommy Hilfigher se dirige hacia rumbos diferentes. No hay una línea que marque sus horizontes musicales, siguiendo sus propias palabras, porque no es su deseo estancarse en un mismo estilo o fórmula. Hay inquietud en Tomás y aquello resulta ser esencial a la hora de generar un proyecto artístico.
En su contraparte, el EP de la joven artista Natalia Olivares se conforma de las canciones Prorrogados -que da el título al trabajo- y Las Cosas Claras. Ambas piezas significaron un cambio drástico para la estética que venía desarrollando Ratalia en sus trabajos previos. Es preciso revelar que la cantante nacional tiene tras de sí una serie de canciones ligadas al blues, al folk e, incluso, a la trova chilena. Entre sus referentes se encuentran el mítico Johnny Blues, Angelo Escobar y Evelyn Cornejo. Sin embargo, en el trabajo desarrollado junto a Contrapulso Records hay una aproximación al R&B, al rap y hasta al soul -según las percepciones que tengo al oír las canciones del EP-.
Sobre el trabajo con el sello discográfico nacional, Ratalia me comentó: “Yo no sabía en lo que me estaba metiendo, pero al final dio buenos resultados. (…) Con los chiquillos [de Contrapulso Records] nos supimos complementar super bien y comunicar”. Desde este acto colaborativo pudo surgir una obra que, en palabras de la misma artista, busca representar a los rezagados de la sociedad. La misma Natalia afirmó que su intención era darle un espacio “a aquellas voces que jamás son escuchadas [al igual que] a cosas que no están en la tele o Instagram”. Prorrogados parte con esta consigna y, por otro lado, Las Cosas Claras apunta a exponer -según la propia Ratalia- “las malas enseñanzas (…) que han tergiversado el amor, la libertad [y] la política”. Teniendo en vista lo anterior y considerando los tiempos que corren, creo que la música de esta joven voz nacional es contar con un megáfono para gritar la rabia contenida y, al mismo tiempo, bailar.
Jean Paul Sartre, filósofo y escritor francés, expresó que “uno de los principales motivos de la creación artística es,indudablemente, la necesidad de sentirnos esenciales en relación con el mundo [además de que] solo hay arte por y para los demás” (2005). Percibo que lo dicho por el autor de La Náusea (1938) calza perfectamente con las intenciones que han unido a Contrapulso Records, Tommy Hilfigher y Ratalia. Tanto Tomás como Natalia me contaron que dentro de sus sueños es que su música pueda llegar a más personas y, honestamente, siento que van por buen camino. En términos de reproducciones, las canciones de 18+ están cerca de las 30.000 en Spotify y, por su parte, las de Prorrogados van llegando a las 14.000. Estos números no son para nada menos si consideramos que ni Tommy ni Ratalia han podido presentar en vivo sus trabajos de forma íntegra. Y cabe agregar que indudablemente el alcance que han tenido se debe también al acompañamiento de Contrapulso Records.
La propuesta de este sello discográfico nacional me parece simplemente fantástica porque se nota que sus integrantes han trabajado -a pesar de las dificultades de la pandemia- con paciencia, camaradería y confianza. Cuando se une un grupo de personas motivadas por un mismo objetivo y pasión es claro que surgirán resultados positivos. Contrapulso Records resulta ser, al menos para mí, un ejemplo de esto. Durante nuestra conversación, Alexis mencionó algo que me da vueltas hasta ahora. “Algunas canciones que han ganado Grammys -o que han ganado grandes galardones- se hicieron en computadores super feos o en una habitación”, dijo el letrista del sello y tiene toda la razón. Personalmente creo que los trabajos más honestos, las más bellas obras de arte siempre se han originado sin tanta parafernalia. Es por esto que creo en la escena musical independiente. Allí está el futuro de la música nacional y debemos prestarle suma atención.
En 2021 vienen muchas cosas más con la marca de Contrapulso Records, pero la verdad es que no quiero hacer spoilers de lo que me contaron los chicos. Únicamente extiendo la invitación a seguirles en sus redes sociales -al igual que a Tommy Hilfigher y Ratalia- para que puedan escuchar su trabajo. Son personas que disfrutan lo que hacen, que tienen el ímpetu para transitar nuevos caminos y que tienen el deseo de que su propuesta sea conocida. ¿Qué más vamos a pedir? Mis fichas se las doy a este sello nacional y al grupo de artistas con los que están trabajando, ya que creo tenazmente en su quehacer y espero oír más de lo traerán en los próximos tiempos.
#LaCajita
Excelente trabajo de estos jovenes emprendedores, los he escuchado en redes sociales y merecen aplauso por su esfuerzo y dedicacion.
La musica transforma y da cuenta de un momento de nuestra historia…es un legado.
Mucha suerte y sigan adelante…