La cumbia está en el pueblo y en las festividades. Oímos y bailamos cumbia cuando nos reunimos, cuando estamos con nuestros seres queridos. La cumbia es un ejemplo de cómo nos conectamos a lo largo de Hispanoamérica. Esta cuestión es expuesta por Cuti Aste en su serie-documental «Pasos de Cumbia» con amplitud de datos, historias y representantes.
No aspiro a hacer una genealogía de la cumbia, así como tampoco a hacer un estudio sociológico de su impacto. El espacio virtual es ilimitado, pero el tiempo escasea. Lo único que me puedo permitir, al menos por el momento, es traspasar aquí la agradable conversación que tuve hace algún tiempo con Matías Valdez en el Hotel Holanda. Desde Uruguay arribó el joven artista trayendo consigo charanga y cumbia. «Nos hemos llevado sorpresas en este periodo que llevamos haciendo este trabajo», señaló Matías mientras bebía su taza de café y añadió: «Estar en Chile es otro pasito para el proyecto».
Ahora debo realizar una confesión. Al momento de llegar al Hotel Holanda, Matías estaba siendo entrevistado por otra colega. No tengo idea quién era. Tampoco se para qué medio trabajaba. Sin embargo, mientras era recibido por Feña Schell, escuché la entrevista previa de la voz uruguaya. El periodismo se sustenta en prestar atención y Matías le mencionó constantemente a la colega la importancia de su equipo de trabajo, pero no hubieron preguntas en torno a aquello. Por mi parte, decidí ahondar cuando hablé con Valdez. «Son más de veinte personas que están detrás de este proyecto. Seria muy egoísta pensar que el trabajo surge solamente de mí porque no es así. Creo que todos necesitamos de alguien más para que el proyecto funcione. Seria imposible hacer todo solo», comentó el uruguayo y continúo: «Hay una cantidad enorme de cosas que se tienen que hacer y, al mismo tiempo, una gran responsabilidad. Es necesario separar labores para que el conjunto funcione. Somos un equipo donde todos remamos para el mismo lado». Desde lo último, Matías profundizó en la relación afectiva que tienen con sus colaboradores. «Con la banda nos conocemos desde los catorce años. Desde esa edad estamos probando cosas. Armando y desarmando hemos llegado hasta hoy, pero nunca hemos perdido esa familiaridad de trabajar todos juntos», sentenció el joven artista.
Adentrándonos en el quehacer del grupo, Matías comentó: «Resulta bastante divertido que todos escribamos en el proyecto. Se da que nuestras historias se cruzan y terminamos haciendo una canción totalmente distinta del relato inicial. Al estar tanto tiempo juntos unimos nuestras letras y nuestras ideas, pero siempre tenemos a la vista que las canciones puedan ser dedicables. Queremos que las personas que nos escuchan se sientan identificadas con las canciones».
Posteriormente, conversamos con Matías acerca del sonido de su proyecto. «Nosotros mezclamos un poco de todo. La cumbia es la base, la estructura de todo. La charanga es la cumbia del interior de Uruguay, del campo, del pueblo. Mezclamos esa cumbia del pueblo con la cumbia tradicional. Agregamos un poco de pop y de rock para generar nuestra identidad», sentenció el compositor. «Por cierto, nuestras letras son muy de baladas. Mezclamos un poco de todo y creo que se llegó a un lindo producto. Apuntamos a sonar distinto, a tener una identidad», complementó Valdez y siguió: «Al escribir jugamos con nuestros sentimientos y pensamos en nuestro público. Hay historias para todos y siempre habrá espacio para contarlas en la música. Ahora queremos mostrar más de nosotros en las próximos canciones».
«Es bastante loco que nuestra música haya salido de Uruguay. Uno sueña, pero tampoco tanto. Soñaba con sonar en mi país, recorrer sus boliches y tocar en sus festivales», sentenció el joven uruguayo cuando le consulté por sus sensaciones de encontrarse viajando. La parte formal de la entrevista finalizó con Matías diciendo: «Estar en Chile, por ejemplo, está más allá de lo que soñé. Y lo estoy disfrutando mucho. Que les guste lo que estamos haciendo, considerando que en Chile la cumbia es distinta, es algo que nos tiene felices». Off the record seguimos hablando con Matías. La relevancia del futbol, la vuelta de los shows masivos, la pandemia, el uso de las mascarillas y las avalanchas en los shows de Daddy Yankee en el Estadio Nacional. «Queremos venir a tocar acá. Ojalá se de pronto», comenta Valdez. Feña Schell me indica que ya es hora de que hay otra entrevista agendada y el colega está esperando. Nos damos la mano con Matías y con los chicos de su equipo que bajaron mientras conversábamos. «Nos debemos unos mates», me dice el uruguayo. «Cuando vengamos de nuevo nos los servimos», cierra el artista.
